Retrato de Vicente Blasco Ibáñez, por Alejandro Cabeza (Barcelona, 1971)
Fue de todo este egregio valenciano;
de todo menos cura y militar:
su sino fue escribir, ver y luchar
por un sueño feliz republicano.
Su lucha fue concorde con su mano,
incansable en su empeño de plasmar
los avatares que hubo de pasar
por su entrega a favor del ser humano.
El clero y los monarcas fueron presas
de su pluma famosa y atrevida;
y fueron tan notables sus empresas,
que es opinión notoria y compartida
que siendo sus ficciones tan diversas,
Tuve la suerte de descubrirle de jovencita. Si no he leído todas sus obras, me deben faltar pocas.
ResponderEliminarMe impactó La Catedral, por la explicación de la teoría Anarquista. Clarita y fácil de entender.
Me gusta su forma de escribir, clara, sencilla, amena.
Y alguna vez, que he podido ir de vacaciones a la Playa de la Malvarrosa, no he dejado de ir a visitar su casa.
Es un hombre de los de antes, pero muy en su sitio y muy actual.
Creía que ya no se acordaba nadie de el. Me he sorprendido con tu soneto, esta vez, sí por el contenido.
Muchas gracias.
Cuanta razón tienes que su mejor obra es su propia vida.
ResponderEliminarNo conocimos bien su obra antes por razones conocidas pues al general no le iban mucho los republicanos, mostrando solo públicamente las obras que pudieran exaltar la raza y la iglesias tiene una larga memoria.
Un abrazo.