Llegamos a
la Luna, yo lo vi:
Aldrin,
Collins, con Armstrong en cabeza,
finalizando
la mundial proeza
de colocar
un ser humano allí.
el oficial,
que hablaba de grandeza,
y el de mi
abuela, que con gran fijeza
estimaba el
evento baladí.
Y es que
ella protestaba del dinero
consumido en
caprichos espaciales
mientras
hambre sufría el mundo entero.
Yo objetaba
argumentos generales;
pero hoy,
visto tanto desafuero,
me parecen
los suyos racionales.
Ciertamente las abuelas siempre tienen razón y es que los años son los que enseñan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo John: He estado leyendo tus últimas obras y veo que el talento te ha acompañado durante este verano. Espero que sigas deleitándonos con tus sonetos este próximo curso.
ResponderEliminarUn abrazo
Me quito el sombrero.
ResponderEliminarEn tiempos de recorte y depresión,
donde mis ilusiones no hallan hueco,
escucho mucho ruido y poco el eco
de mi rima, mi tono y mi canción;
y como va de rima mi afición,
rebusco en cambalaches algún fleco
de poesía, y en mi tintero reseco,
poder bañar mi mente y corazón.
Descubro por azar un blog amigo,
donde “John A. Redhair” plasma cadencias,
que yo sólo se hacer de brevas a higos.
Me quito el sombrero ante tu solvencia,
y aunque leerme a mí, pueda ser castigo,
considera mi escrito… ¡¡REVERENCIA!!.
J.M.M.Botillo
Muchas gracias. Vaya lujo de comentario. Ya ves que ahora el que anda de higos a brevas soy yo.
ResponderEliminarQue pena que ni por esas te animes!
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