Lo vi en la Dos, en un documental:
el guepardo persigue a la gacela,
que corre, serpentea, casi vuela
sorteando al rapidísimo animal.
Éste muerde en un punto que es mortal,
pero tanto trotar deja secuela:
el felino se queda en duermevela
recuperando el hálito vital.
Y entonces aparecen varias hienas
- que no hicieron sprint ni mordedura -
y acaban con sus tripas bien rellenas.
Fácil es de este caso la lectura:
unos ponen trabajo y duras penas
y otros sólo su fresca dentadura.
Como la vida misma. No siempre el que más trabaja se lleva la recompensa, siempre hay alguna "hiena" que se aproveche del esfuerzo de otros.
ResponderEliminarPor otra parte, el soneto genial como de costumbre.
JMM Botillo.
Gracias.
ResponderEliminarSiempre la misma historia, el oportunista y el trabajador.
ResponderEliminarUn abrazo.