Un soneto me encarga Jorge Craven,
y yo lo haré con gusto y con premura,
procurando que tenga cierta altura,
pues Jorge Craven es de los que saben.
A Jorge todos los piropos caben:
es lindo, inteligente, de alma pura;
tiene ingenio, gracejo y cara dura...
y pudiera seguir sin que se acaben.
Él sabe que le envidio una faceta:
que por mucho que insista en sus gansadas,
su Mariló, tan guapa y tan coqueta,
mostrará su favor con carcajadas,
y él lucirá su colección completa
hasta ver sus mil gracias consumadas.
Hermoso soneto dedicado al amigo, espero que quede complacido, porque el soneto no es para menos.
ResponderEliminarUn abrazo.