Resulta que un murciano magistrado
llama puta a la madre que es soltera,
y a la gente que reza de extranjera
denomina gentuza el muy dejado.
A los homosexuales que ha casado
llamando mariconas vitupera,
y a la que es secretaria desespera
tildándola de torpe el condenado.
Por estas y otras varias vejaciones
a tres mil euros ascendió la multa
que merecieron sus pérfidas acciones.
De un mesurado análisis resulta
que se han quedado cortas las sanciones
en vista de conducta tan estulta.
Un juez lo primero que debe ser es un ejemplo para la sociedad, si así no es debe ser expulsado de la carrera judicial ya que no es nadie para juzgar a los demás.
ResponderEliminarUn abrazo.