lunes, 10 de junio de 2013

Resurrección de Quevedo (IV)

 
Émulos de sus pícaros buscones,
sabuesos de los fáciles dineros,
abundan empresarios y banqueros
que observan disciplina de bribones.
 
Estos los ganan bien por comisiones,
aliados con políticos fulleros,
o los sacan por pingües agujeros
trincando por derecho los millones.
 
De vez en vez conocen los penales,
mas al poco traspasan el portón
afianzados con turbios dinerales.
 
Y vestidos con trajes de Vuitton
advierten a los pobres desiguales
que tienen que apretarse el cinturón.
 

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