miércoles, 29 de mayo de 2013

Resacas (VIII)


En parisinas noches tabernarias
se escancian los narcóticos licores,
se fraguan los umbráticos amores,
se trazan las empresas temerarias,

se presentan las armas literarias,
se regala la luz a los pintores,
se engalanan los cielos de colores
y se infunden las ansias libertarias.

Pero qué lejos se apuesta esa ventura
para el reo de escrúpulos morales
maniatado en presidio de censura.

Porque a mí me adiestraron carcamales,
me enseñaron cabestros con tonsura,
me aturdieron inciensos cuaresmales.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario