Me aturdieron inciensos cuaresmales,
casullas engastadas de oro fino,
monagos pertrechados de ciriales,
la transubstanciación del pan y el vino.
Me consternaron prédicas horrendas,
Me consternaron prédicas horrendas,
frailes gerundios sin ningún sosiego,
constantes y sañudas reprimendas,
el sufrimiento eterno en puro fuego.
Me enternecieron monjas primorosas,
salmodias / Virgen santa / Dios mediante,
María Goretti cultivando rosas
y el ángel de la guarda vigilante...
... Me turbaron aromas abismales,
constantes y sañudas reprimendas,
el sufrimiento eterno en puro fuego.
Me enternecieron monjas primorosas,
salmodias / Virgen santa / Dios mediante,
María Goretti cultivando rosas
y el ángel de la guarda vigilante...
... Me turbaron aromas abismales,
vapores endulzados, celestiales.
Te aturdieron, te entristecieron y te turbaron. Ni mas ni menos que lo mismo que a los demas, asi era antes y asi quieren que sea ahora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda un mundo siniestro que algunos quieren recuperar.
ResponderEliminarBuen soneto.
Saludos.