Su infancia fue de llanto y de dolor:
conoció la tristeza del destierro
y mató, por extraño y torpe yerro,
a su hermano el infante encantador.
Tuvo que soportar, con buen humor,
conoció la tristeza del destierro
y mató, por extraño y torpe yerro,
a su hermano el infante encantador.
Tuvo que soportar, con buen humor,
su formación en solitario encierro,
hasta que en alto y apartado cerro
pusieron a yacer al dictador.
Superó el tejerazo a la primera,
hasta que en alto y apartado cerro
pusieron a yacer al dictador.
Superó el tejerazo a la primera,
se partió varias veces la cadera
y ya no puede andar ni hasta la esquina.
Le sale un yerno kitsch y el otro rana,
le descubren el flirt con la alemana
y le imputan al fin a su Cristina.
Ante tamaña ruina
lo mejor para España y su persona
es que abdique y endose la corona.
y ya no puede andar ni hasta la esquina.
Le sale un yerno kitsch y el otro rana,
le descubren el flirt con la alemana
y le imputan al fin a su Cristina.
Ante tamaña ruina
lo mejor para España y su persona
es que abdique y endose la corona.
Es la historia de los Borbones, no hay forma de sacárselos de encima, están reinando por la gracia de dios según ellos y por la del general según otros sobre los hombros de los españolitos.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Me llena de satisfacción y orgullo
ResponderEliminardirigirme a vosostros esta tarde
para haceros saber, sin mucho alarde
(aunque haya a quienes dé más de un repullo
y otros tantos me tilden de capullo)
que, puesto que el debate está que arde,
y yo soy un Borbón nada cobarde,
aquí y ahora zanjo este barullo.
He cometido errores soberanos
en mi esfera de rey y de persona
y no quiero lavarme más las manos.
Abandono, españoles, la corona,
atendiendo con ello a vuestra súplica.
Me marcho ya y que vuelva la república".
El Sr. Anónimo, que replica con sonetos de tanta agudeza y calidad, me podría dar alguna pista sobre su persona.
ResponderEliminarBuenas noches. ¿Se puede, Mister John?
ResponderEliminarSoy el anónimo. Mi nombre es Fran.
Discúlpeme el entrar tan al trantrán
en este sonetístico rincón.
Soy malagueño, calvo, cuarentón,
padezco el síndrome de Peter Pan,
me gustan los canutos, la Voll-Damm
y comer boquerones al limón.
En contra del sentido más común,
transito por el mundo al buen tuntún
y no suelo hacer nunca nada bien.
Estará ustes pensando: "Y a mí plin
lo que dice este tipo", así que amén
y concluyo el soneto con un... Fin.
Me gustan los canutos, la cerveza,
ResponderEliminarajustar las estrofas a derecho,
la gente que se parte siempre el pecho
en pos de alguna utópica certeza,
resolver ecuaciones de cabeza,
mi mujer esperándome al acecho
(la almeja, la coquina, el berberecho...),
observar como el sol se despereza,
las malas compañías, el gusano
de seda que no tira de capullo
ni distingue lo mío de lo suyo,
el primo convertido en un hermano,
en invierno una estufa de butano
y el político ruin comiendo trullo.
Pues no son pocas las aficiones en las que coincidimos, Sr. Anónimo.
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