viernes, 31 de enero de 2014

La naranja mandarina

Qué rica, la naranja mandarina;
qué gran placer su pulpa suculenta
que deleita, seduce y alimenta,
y aporta flavonoide y vitamina.

Qué color en su piel, brillante y fina;
qué grata al paladar, y que bien sienta,
esta fruta jugosa que se cuenta
entre lo más granado de la China.

Pasada su sazón la chirimoya,
mi postre se alimenta de esta joya,
orgullo y paladín de los frutales.

Me embelesa, me inspira, me estimula,
me hace pecar, sin contrición, de gula,
y me infunde otros vicios capitales.

 

1 comentario:

  1. Veo que tenemos los mismos gusto en lo que a frutas se refiere, la chirimoya y la mandarina sin despreciar a ninguna otra.
    Un abrazo.

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