Qué rica, la naranja mandarina;
qué gran placer su pulpa suculenta
que deleita, seduce y alimenta,
y aporta flavonoide y vitamina.
Qué color en su piel, brillante y fina;
qué grata al paladar, y que bien sienta,
esta fruta jugosa que se cuenta
entre lo más granado de la China.
Pasada su sazón la chirimoya,
mi postre se alimenta de esta joya,
orgullo y paladín de los frutales.
Me embelesa, me inspira, me estimula,
me hace pecar, sin contrición, de gula,
y me infunde otros vicios capitales.
qué gran placer su pulpa suculenta
que deleita, seduce y alimenta,
y aporta flavonoide y vitamina.
Qué color en su piel, brillante y fina;
qué grata al paladar, y que bien sienta,
esta fruta jugosa que se cuenta
entre lo más granado de la China.
Pasada su sazón la chirimoya,
mi postre se alimenta de esta joya,
orgullo y paladín de los frutales.
Me embelesa, me inspira, me estimula,
me hace pecar, sin contrición, de gula,
y me infunde otros vicios capitales.
Veo que tenemos los mismos gusto en lo que a frutas se refiere, la chirimoya y la mandarina sin despreciar a ninguna otra.
ResponderEliminarUn abrazo.