martes, 28 de enero de 2014

27 años ya


Le gustaba vivir, gastar la vida,
trasnochar con sonrisas y cervezas,
brindar la carcajada a las certezas
y escarnecer la sinrazón manida.

Desdeñaba la pose relamida,
las dobleces, jactancias y asperezas,
y era dueño de mañas y destrezas
y de una risa franca y distendida.

Se fue sin entender por qué marchaba
a los reinos ignotos de la nada
o acaso a las idílicas alturas.

Sigue aquí: que la vida no se acaba
mientras haya una imagen evocada
de sus gozos, afectos y dulzuras.

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