Un sudoku consiste en un cercado,
en otros nueve por igual partido,
cada cual a su vez subdividido
en tres por tres figuras de igual lado.
Cada columna tiene reservado
un número que no va repetido,
y entre el uno y el nueve comprendido;
y lo mismo la fila y el cuadrado.
Varios números fijos dan la pista
para acertar las cifras pertinentes
a base de trabajo de analista.
Y lo logran las mentes persistentes,
deduciendo el guarismo que se enquista
con razones precisas y atinentes.
Plas, plas,plas...Me ha encantado.Saludos
ResponderEliminarHermoso soneto a ese entretenido juego y ejercicio mental que agudiza nuestro cerebro, ejercicio muy apropiado para eso que llaman la vagancia cerebral que, con los años nos atrapa a todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo has explicado clarito clarito, pero entonces ¿porqué a mí no me salen?. Me desquicio, me desesperan, y al final ni los miro.
ResponderEliminarCon lo que me gustan los crucigramas. Pues me parece que está claro que soy de letras.
Un abrazo
Si un soneto mandó a Lope Violante, a mí Masako me mandó un sudoku...
ResponderEliminarUn sudoku me manda hacer Masako
y en mi vida me vi en tamaño lío.
Temerario, acepto el desafío,
y entre líneas y cuadros me armo un taco.
La sesera me estrujo y me machaco:
conjeturo, deduzco, apunto, amplío,
establezco parejas, monto un trío
(lo mandaría ya a tomar por saco)...
...cuando de pronto, plas, se hace la luz,
en premio a mi tesón, mi afán, mi ahínco.
Emergen: uno, dos, tres cuatro, cinco,
seis, siete, ocho, nueve. ¡Oh plenituz!
¡Un éxtasis me invade de avestruz!
¡Delirium tremens, oh, de ornitorrinco!
SUDOKU
ResponderEliminarGuarismo oculto, cifra, criptograma,
oscuro laberinto numerario,
rompecabezas roto, fragmentario,
deformado reflejo, incierta trama,
clave quizá que descuidara dama
para galán tenorio temerario,
o enigma cabalístico templario
que al que lo resolviere diera fama,
maldigo cuando me crucé con él:
por más que le doy vueltas al papel,
nada (columna, fila o cuadro) cuadra.
¿Qué mente parió, sádica y ociosa,
tan torturante, abstrusa y simple cosa
que nos ocupa el coco y lo taladra?
Perdona, John, pero tu estupendo soneto me ha recordado otros dos que me encontré por el camino. Así están los tres juntitos, porque no hay dos sin tres, ya sabes.
ResponderEliminarNo los había visto. Son una maravilla de ritmo. Muchas gracias, y saludos.
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