La noche; toda la vida es la noche:
la noche de mi padre malogrado,
la del pico, el delirio y el pecado,
la del amor, la casta y el derroche.
La vida resumida en el trasnoche,
el lamento divino acompasado,
la busca del quejido renovado
y de la libertad sin un reproche.
Quise ser puro y a la vez modelo
de un canto transgresor y de argamasa,
mezcla de regocijo y negro duelo,
de futuro venal y tabla rasa,
de estrellas que se apagan en el cielo
con sueños que se avivan en la brasa.
(Ver soneto 240)
Precioso soneto homenaje a Camarón, uno de los grandes según los expertos.
ResponderEliminarYo que soy un pobre aficionado y menos entendido, también me lo parece.
Un abrazo.
Como todos los genios, personaje extraño. Vida agitada, y partida joven para que le recordemos en todo su esplendor.
ResponderEliminarMe gusta Camarón, y en el flamenco soy una analfabeta total, pero llega hondo.
Hermoso soneto.
Un abrazo.