que me deja en carne viva:
que le estás hablando a otro
y toa la gente te mira,
y eso a mí me vuelve loco.
Los celos por tu persona
me han quitado la razón:
Por ti todo lo perdí;
me robaste el corazón
y ahora te burlas de mí.
Con lo que yo te camelo,
y tú no me quieres ver.
Me estoy muriendo de celos
y se lo pido a Undibé:
que me mande algún consuelo.
Encerrada en un convento
quisiera yo verte un día.
Tú no sabes lo que siento
cuando te veo tan perdía:
los celos son mi tormento.
que le estás hablando a otro
y toa la gente te mira,
y eso a mí me vuelve loco.
Los celos por tu persona
me han quitado la razón:
Por ti todo lo perdí;
me robaste el corazón
y ahora te burlas de mí.
Con lo que yo te camelo,
y tú no me quieres ver.
Me estoy muriendo de celos
y se lo pido a Undibé:
que me mande algún consuelo.
Encerrada en un convento
quisiera yo verte un día.
Tú no sabes lo que siento
cuando te veo tan perdía:
los celos son mi tormento.
DEMASIADO AJETREO
ResponderEliminarCuando Sergio termina la jornada
laboral, sin salir de la oficina,
practica con su compi Josefina
sexo duro de forma incontrolada.
Luego sale pitando a ver a Ada
-que vive en calle Peso de la Harina-
y, nada más entrar, en la cocina,
le atraviesa el ojete con su espada.
Sobre las 9, en el hotel Don Curro,
cena con Maribel, la sube a un cuarto
y le echa un par de polvos a lo burro.
Llega a su casa al borde del infarto.
Su esposa duerme (se ha pasado el día
retozando con Pedro y Luis María).
NOVELA DE FIN DE SEMANA
CAPÍTULO I
“Se te nota en la mirada
que vas pelín colocada”
le comenta Luis Javier
a Belén, de madrugada,
en una disco en Moguer;
“pero si tú quieres guasa
nos piramos a mi casa
y echamos…”. “¡Un momentito!”
le dice ella al chavalito.
“Pensaba que eras sarasa”.
CAPÍTULO II
A las 8 justamente
(son a. m. es evidente),
llega Luisja, de la mano
de Belencita Moyano,
a su casa, de repente;
y, sin mayor dilación,
presa de impulso amatorio,
se la lleva, del tirón,
a pegarse un revolcón
derechita al dormitorio.
CAPÍTULO III
Después de echar un casquete
- no para tirar cohete-
recoge Belén su ropa
y se marcha, viento en popa
(son las 8 cero 7).
Como afuera llueve a saco,
le manda un mensaje a Paco,
su esposo y leal amante:
“Ven por mí a calle Levante
que me estoy mojando un taco”.
CAPÍTULO IV
“¿Qué tal la fiesta, Belén?”
pregunta Paco a la piva.
“La verdad, bastante bien,
pero me pasé de priva
y quiero acostarme, nen”.
Entretanto Luisja sueña
que con su verga pequeña
satisface a 1.000 mujeres
desde Moguer hasta Amberes
en una noche agosteña.
NOVELA DOMÉSTICA
CAPÍTULO I: LA DISCUSIÓN COTIDIANA
“Desde hace ya muchos jueves…”
le reprocha la mujer
a su esposo Luis Javier.
“¡Cómo cambias cuando bebes!
¿No te has dado cuenta…?”. “¡Nieves”
replica a la defensiva
su marido, “qué agresiva!
¿A qué viene otra vez eso?
Hija, te pones de un sieso
con el tema de la priva”.
CAPÍTULO II: AL DÍA SIGUIENTE
“¡Borracho como los patos
ahora llegas del bar
y te fuiste sin fregar
la cocina ni los platos!
¡No me des más malos ratos
-Luis Javier, no me los des-
que me vuelves del revés
y me haces perder los nervios,
tal cual le pasó a los serbios
con el pueblo croatés!”
CAPÍTULO III: AL DÍA DESPUÉS
“¡Sí es que no tienes remedio!
Llego cansada del curro,
tú mamado, como un burro,
y el piso… ¡Todo por medio!
Te da igual si yo te asedio
con exigencias certeras.
¡Qué ni manzanas ni peras!
Vamos, Luisja, que a tu rollo.
Me ponen la piel de pollo
tus cortas entendederas”.
CAPÍTULO IV: Y AL OTRO DÍA
“Marinieves, ¿qué te pasa?
Andas torpe y con enredo.
¡Uf! Vienes bastante pedo
de la fiesta de la Blasa.
Venga, vamos, entra en casa
y te acuestas, mi amorcito.
¿Quieres tomar..? ¡Dios bendito!
¡Jo, me vomitaste encima!
No importa, no me da grima
nada de tu cuerpecito”.
¡Guauuu! ¡Vaya desenfreno se gasta por las tierras huelvanas!
ResponderEliminarJohn.