Trotamos a despecho de los canes
que quieren implantar sus viles planes,
que combaten por ser los putos amos.
A pesar de su furia progresamos
procurando escapar de sus desmanes,
de sus mañas y tretas de rufianes,
de sus falsos señuelos y reclamos.
Salvajes, como abyectos asesinos,
todas sus obras son atrabiliarias,
impulsadas por hábitos mezquinos.
Sus mordidas son fieras y ordinarias;
llevan hiel en sus ojos viperinos
y cólera en sus fauces sanguinarias.
que quieren implantar sus viles planes,
que combaten por ser los putos amos.
A pesar de su furia progresamos
procurando escapar de sus desmanes,
de sus mañas y tretas de rufianes,
de sus falsos señuelos y reclamos.
Salvajes, como abyectos asesinos,
todas sus obras son atrabiliarias,
impulsadas por hábitos mezquinos.
Sus mordidas son fieras y ordinarias;
llevan hiel en sus ojos viperinos
y cólera en sus fauces sanguinarias.