martes, 31 de agosto de 2010

Proponerse propósitos (Soneto 132)



Al principio del año me prometo
- igual que hace casi todo el mundo -
un conjunto de cosas muy profundo
que tienen la mejora como objeto.

Mas la vida es un arduo vericueto,
y aunque me lo proponga muy rotundo
el proyecto no suele ser fecundo,
pues no todos los planes acometo.

Así que en el regreso a mi trabajo
repaso los propósitos dejados,
y vuelvo a prometer con desparpajo

que esta vez quitaré kilos sobrados,
cuidaré mis entrañas a destajo
y los nervios tendré más controlados.

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