miércoles, 11 de agosto de 2010

Karaoke (Soneto 112)


Hemos hecho en mi casa un karaoke,
con canciones conforme a nuestra edad,
en las voces con tal disparidad
que al final terminó en puro disloque.

Alguno interpretó como un bodoque
provocando total hilaridad,
con una ejecución de tal maldad
que más bien parecía muerte a estoque.

Los perros lastimeros del vecino
dejaron de llorar a troche y moche.
Pensarán los dos pobres animales

que si vuelven a aullar con desatino
volverá a malsonar toda la noche
la panda de incipientes carcamales.

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