Es ya casi un deporte nacional,
que practican políticos fulleros,
amén de muchos pícaros banqueros,
en el momento que les viene mal.
Se trata de mentar ante el fiscal
a pringados - si muertos, los primeros -,
culpándoles de robos de dineros
o de algún otro hecho criminal.
Si falta dinerario es el contable
el que carga con una culpa ajena
que le endosa su jefe miserable.
Igual que el mal edil nunca se frena
de hacer a un funcionario responsable
para evitar sufrir una condena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario