Salada bendición, lámina roja,
vetada de albas venas, untuosa,
oblea montaraz, chacina hermosa:
condénese el mortal que no te acoja.
Sabias manos te dan grosor de hoja,
te sacan del pernil tersa y lustrosa,
y vas al paladar fina y gozosa:
infeliz quien de ti nunca se antoja.
Reina de las excelsas suculencias,
te casas con el tinto y con el fino,
y tienes al melón de pretendiente.
Mas huye de estas nuevas influencias:
tu estado natural, y tu destino,
es ir sola a la boca de la gente.
RECITADO DEL AUTOR
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