jueves, 30 de mayo de 2013

Resacas (IX)

 
Me aturdieron inciensos cuaresmales,
casullas engastadas de oro fino,
monagos pertrechados de ciriales,
la transubstanciación del pan y el vino.

Me consternaron prédicas horrendas,
frailes gerundios sin ningún sosiego,
constantes y sañudas reprimendas,
el sufrimiento eterno en puro fuego.

Me enternecieron monjas primorosas,
salmodias / Virgen santa / Dios mediante,
María Goretti cultivando rosas
 y el ángel de la guarda vigilante...

... Me turbaron aromas abismales,
vapores endulzados, celestiales.

 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Resacas (VIII)


En parisinas noches tabernarias
se escancian los narcóticos licores,
se fraguan los umbráticos amores,
se trazan las empresas temerarias,

se presentan las armas literarias,
se regala la luz a los pintores,
se engalanan los cielos de colores
y se infunden las ansias libertarias.

Pero qué lejos se apuesta esa ventura
para el reo de escrúpulos morales
maniatado en presidio de censura.

Porque a mí me adiestraron carcamales,
me enseñaron cabestros con tonsura,
me aturdieron inciensos cuaresmales.

 


sábado, 25 de mayo de 2013

Resacas (VII)

 
Alocaron su atmósfera irredenta
con yerbas primas de las amapolas,
que hicieron de las bocas fumarolas
y del alma una paz de espliego y menta.

Hoy se guarda la foto amarillenta
de hippies de floridas camisolas
que amaron libremente en rompëolas
y abominaron la contienda cruenta.

Otra foto presenta al estudiante,
también en blanco y negro, desafiante,
luchando contra fuerzas adversarias,

cosechando consignas literarias,
y proyectando un mundo deslumbrante
en parisinas noches tabernarias.



miércoles, 22 de mayo de 2013

Resacas (VI)



Igual que aquellos locos de la absenta,
en el París de nuevos bulevares,
dieron las pinceladas liminares
del arte nuevo que la luz inventa,

jugué con el hechizo del magenta,
los azules de Prusia y ultramares,
los naranjas y gualdos familiares
y el carmín de la granza tremulenta.
 
Quise atrapar el aire en los colores,
las formas y las sombras impalpables,
la luz que en el espectro se impacienta.

Y también les copié en los veladores,
donde aquellos pintores venerables 
alocaron su atmósfera irredenta.




domingo, 19 de mayo de 2013

A propósito de una sentencia

 
Hay que compadecer al pobre delincuente
pero odiar el delito, nos dijo Concepción,
y nunca en esta vida nos falta la ocasión
de aplicar un adagio tan sabio y tan vigente.

¿Qué infancia padeció nuestro gran insolente,
qué instintos despertó su excelsa posición,
qué mal ocasionó su soberbia dicción,
qué halagos impulsaron su orgullo permanente?

Nadie llega al delito si no es por un motivo
que le hizo corromperse de la inicial pureza:
por eso hay que mostrarse sensible y compasivo.

Mas no quiere decirse que el hombre que tropieza
deba quedar impune del hecho delictivo,
sino sufrir la ley con toda su justeza.

 


sábado, 18 de mayo de 2013

Resacas (V)



Me embriagué con estelas candelarias:
los ojos entornados, la voz sorda,
imploraba clemencias rutinarias
entonando en latín el sursum corda.

¡Arriba el corazón, estad atentos;
respirad el incienso que enajena!
¡El rezo os librará de los tormentos
que proporciona la infernal condena!

Las luces del altar, lumbre divina,
configuran perfiles espectrales
según el niño amolda su retina
compungido entre estampas y misales...

...Cogí más borracheras de la cuenta, 
igual que aquellos locos de la absenta.




martes, 14 de mayo de 2013

Resacas (IV)

 
De las nefandas faltas solitarias
derivaron versiones literarias,
como las que decían, lapidarias,
que aquel que hiciera cosas ordinarias

con las piezas colgantes y urinarias
pudiera verse enfermo de urticarias,
padecer palideces pigmentarias
y en ciertos casos invidencias varias.

Pero yo descubrí las luminarias
prendidas por imágenes vicarias
que me dieron fruiciones legendarias.

Así que frente a tesis reaccionarias,
a fuerza de inhalar luces contrarias
me embriagué con estelas candelarias.




lunes, 13 de mayo de 2013

Resacas (III)


Anotando borrones en la cuenta
gasté los tiempos, sumiso y reprimido,
y al cabo de los años no me olvido
del thriller blanco y negro del sesenta.

Cualquier pequeño error a Dios afrenta;
aunque el mal queda al punto redimido
si lo oye un tonsurado carcomido
que a lo justo divino representa.

Así se vive la absurda pantomima:
cuarto y mitad de golpes y plegarias
consiguen que la culpa se suprima.

Pero tantas censuras rutinarias
¿quizás no fueron la materia prima 
 de las nefandas faltas solitarias?

 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Resacas (II)


En el oscuro duelo del sesenta
unos dicen que el mundo es de colores,
y esta luz psicodélica se enfrenta
al haz de los pretéritos valores.

Lucha cruenta de soles contra  nubes:
los Beatles entonando el "Love me do",
los curas proyectando en cineclubes
y el Papa desmontando algún tabú.

Pero el clérigo sigue con su credo,
inquiriendo si se hizo tantas veces,
y grabando en el joven culpa y miedo...
(sin poderse evitar, por más que reces).

Así vivimos la noche truculenta: 
anotando borrones en la cuenta.




lunes, 6 de mayo de 2013

Resacas (I)


 Me emborraché de culpas y plegarias
con un licor de acongojante yerba,
provocador de la papila acerba
y de inmensas heridas arbitrarias.
 
Aprendí las secuencias funerarias,
aborrecí la cualidad proterva
y me asusté, como la leve cierva,
con las nuevas más vanas y primarias.
 
Y penetré en un túnel de angostura
que estremece, cohibe y desalienta,
y no deja atisbar su embocadura.
 
Y de este cuento comenzó la cuenta,
la que no cesa de pasar factura,
en el oscuro duelo del sesenta.