lunes, 15 de julio de 2013

Resacas (y XIV)

 
 
De la gran borrachera resacoso,
hastiado, avinagrado el paladar,
pesado como el plomo el despertar,
convaleciente el corazón premioso.
 
Memoria del momento esplendoroso,
y también del quimérico soñar,
y de la tentación por desertar,
y del placer efímero y culposo.
 
Se nutre la ebriedad del vino amargo,
y del néctar de cubas centenarias
que saben del sopor y del letargo.
 
Yo me harté de proclamas cavernarias,
cargué con la sanción y su recargo:
me emborraché de culpas y plegarias.
 
 


3 comentarios:

  1. Nunca sabe uno cual va a ser el sentimiento guardado que asoma en estos estados.
    Un abrazo.

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  2. Te había dejado de frecuentar hacia Semana Santa, no sé por qué, seguramente por nada. Hoy me he dicho "a ver qué dice el JAR, y ¡coño! DESLUMBRANTE, has cogido la veta de don F de Q, y ahí estás dando mandobles con precisión certera, y abriendo de par en par la carcajada. En fin, una maravilla. Sigueeee!

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