lunes, 5 de marzo de 2012

Juan José Padilla, héroe en Olivenza (Soneto 685)





Sangre del toro y sangre que mana del torero.
Torero ensangrentado por un cuerno de muerte.
 Muerte conjeturada que desdeñó la suerte.
Suerte de banderillas: tu vista en el albero.

Albero o tierra negra de muerte codiciosa:
te alzaste, mutilado tu rostro de aceituna,
pero ileso tu ingente corazón de alba luna,
tu arrojo sin razón en la arena perniciosa.

Pues no sabes de vanos lamentos ni letargos,
sino sólo de fe y esperanza en tu avanzada
por las trochas de piedras y los senderos largos.

¡Qué brindis a la vida, que fluye derrotada
tantas veces, varada por lodos de descargos
que estancan movimientos y llevan a la nada! 



2 comentarios:

  1. hermoso homenaje a un torero con pundonor, valentía y afición a toda prueba.
    Un abrazo.

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  2. Esta obra transmite muy bien el valor y arrojo de este gran hombre.Por cierto, muchas gracias por tu comentario en mi blog. Le das categoría con tu haiku. Como te dediques a ellos te sales (al igual que con los sonetos) Un abrazo

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