Se enfrentan cruentos fúlgidos temblores
en el amanecer de otoño enardecido
cuando afloro en el alba renacido
tras las horas de alientos soñadores.
Me rindo a los sangrientos resplandores,
al cielo incandescente y confundido,
al combate de luces presentido,
a los rayos de sombras vencedores.
a los rayos de sombras vencedores.
Quieren los cirros domeñar triunfales
del sol novicio al blanco cegador
alzado en horizontes orientales.
Y en la contienda el astro triunfador
las tiñe de matices cardinales
proclamando la gloria del color.
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