Harto de trasegar todo el güiquén,
vuelvo derrengadito a la oficina,
con un aturdimiento que domina
mi organismo y mi espíritu también.
Del hastío y la abulia soy rehén,
una angustia vital me indisciplina
y la ansiedad me turba y descamina
del modus operandi más fetén.
¿Qué tienes, Lunes, que mi ardor apagas?
¿Por qué me haces volver hecho unas bragas?
¿No ves que la congoja no es muy sana?
Eres fuente del tajo chapucero,
del desánimo chungo y pasajero:
la fecha funeral de la semana.
vuelvo derrengadito a la oficina,
con un aturdimiento que domina
mi organismo y mi espíritu también.
Del hastío y la abulia soy rehén,
una angustia vital me indisciplina
y la ansiedad me turba y descamina
del modus operandi más fetén.
¿Qué tienes, Lunes, que mi ardor apagas?
¿Por qué me haces volver hecho unas bragas?
¿No ves que la congoja no es muy sana?
Eres fuente del tajo chapucero,
del desánimo chungo y pasajero:
la fecha funeral de la semana.
Cierto es que el lunes se lleva toda la mala fama, pero todo tiene un comienzo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Olé. Así, que vengan lunes
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