¿Qué aportará, buen Mohamed, tu muerte,
a la nación que se levanta airada,
con la esperanza de vivir librada
de la opresión y de la negra suerte?
¿Será tu sacrificio lo que alerte
a tu tierra, indigente y sojuzgada,
y la lleve del lodo a la alborada
de un país en que el derecho se haga fuerte?
Ya se marchó el embaucador tramposo
con su clan insaciable de opulencia,
lanzado por tu pueblo valeroso.
Y los tuyos combaten con conciencia
de un futuro liberto y venturoso:
les queda tu coraje como herencia.
Como siempre, se repite una y otra vez, un pueblo espoliado un político corrupto que se fuga con las arcas bien llenas y bien guardadas en algún país demócrata que respeta los derechos de todos (eso dicen)y que ademas de guardar sus dineros cuidara del dictador y sus prole, a la vez que prestara dinero al país, a buenos intereses, para que pague lo que el otro ha robado, todo corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.