jueves, 6 de enero de 2011

Medidas antitabaco (Soneto 260)



Tengo suerte de estar en excedencia
en el uso nefasto del tabaco,
pues diez años contemplan ya la ausencia
en mi vida de vicio tan bellaco.

Espero no volver a las andadas,
sobre todo por dos buenas razones:
lo sano que me encuentro sin caladas,
y lo duras que están las prohibiciones.

A lo cual se adiciona un argumento
que apunta mucho más al corazón:
cada vez son más veces las que cuento
que alguien propio se va por el pulmón.

Aunque la nueva ley tanto le abrume,
todo ello es por su bien: mejor no fume.

(Ver soneto 180)

2 comentarios:

  1. Yo sí fumo. No me siento orgullosa pero así es.
    Lo que me parece fatal de esto de ahora es la prohibición en sí misma.
    Me considero mayor de edad y sé que no se debe fumar en muchos sitios. Pero de ahí a ser una delicuente por encender un cigarrillo, creo que...

    En fin, que tu como siempre, cada día atinas plenamente. Y además no fumas. Una joya estás hecho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Estoy contenta porque ahora cuando salga de bares o simplemente a tomar un café, no volveré a casa apestando al humo de tabaco de otros. Y además todos vamos a ganar en salud.

    Veamos el lado positivo de esta prohibición.

    Besos!!

    ResponderEliminar