viernes, 14 de enero de 2011

Prohibido fumar en los bares (Soneto 268)


Cuando fui esta mañana al desayuno
a un café con terraza y veladores,
había puesto el patrón, muy oportuno,
unos chubesquis harto acogedores.

La gente, libremente dada al vicio,
fumaba tan tranquila y tan ufana,
y una nube rodeaba el edificio
como niebla que enturbia la mañana.

Un señor conocido allí sentado
me invitó a que con él desayunara.
Yo le dije, correcto y educado,
que quizás tanto humo me afectara:

Mejor lo tomo dentro, don Arturo;
prefiero respirar el aire puro.


4 comentarios:

  1. Anónimo11:07

    Prohibido prohibir. Qué tiempos aquellos.

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  2. El tabaco molo es, dentro o fuera no es bueno.
    Porque los fumadores no lo asumen y deciden ahorrarse problemas de salud a ellos y a los demás, incluida su familia.

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  3. Me tomo el café. Antes charlaba un ratito con la dueña del bar, y ahora me voy a ver los escaparates de alrededor.
    También bonita estampa, viendo escaparates a las ocho de la mañana.
    Pero c'est la vie.

    Un abrazo

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  4. ^^ ¡Qué contrariedad!

    ¡Qué mundo más loco!

    Besos!!

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