Todo puede volver, nada es perdido;
que el mundo es rueda, recurrente noria,
mezcolanza de olvido y de memoria,
vivir de nuevo lo que fue vivido.
Se corona el temblor enardecido,
reverdece la cima transitoria,
se transcribe al papel la nueva historia:
el resplandor del gozo renacido.
Rematado un periplo de espesura
se puede retornar al punto fuerte
y reemprender, con bríos, la aventura.
Hoy me siento premiado por la suerte
al revivir, en toda su hermosura,
el estertor de la pequeña muerte.
Ciertamente la visa es un continuo revivir de emociones, de pasiones de dolores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente!
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