El
fantasma asomó; las ilusiones
de
la alianza del parco Manzanares
se
hundieron: otra vez negros pesares
desazonan
al club de los colchones.
Un
camero sobrado de calzones
puso
la chola, alzando a los altares
al
merengue: ¡qué dicha en los hogares
de
los fanes del club de los millones!
Pero
ya el Cholo visitó a Neptuno,
adalid
por su lema: de uno en uno;
erigiéndose
en dios, como el del mar.
Y
el ítalo Ancelotti, polo opuesto
de
aquel luso a la bronca predispuesto,
a
la diosa Cibeles fue a parar.
Chapó !!
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