después de haber tragado mucha tela;
diez años sin gastar ninguna pela
en una servidumbre tan tremenda.
Yo libraba una enérgica contienda
por dejar el cigarro y la candela,
sabedor de su lúgubre secuela;
y perdía el propósito de enmienda.
Pero un día le dije adiós resuelto
al tirano que siempre me vencía,
por más que yo quisiera repudiarlo.
De momento ninguna vez he vuelto;
De momento ninguna vez he vuelto;
así que conmemoro esta alegría.
¿Por qué no intentas tú también dejarlo?
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