sábado, 16 de octubre de 2010

Endoscopia (Soneto 178)



Lo mismo que en la mina San José
- la que parió los treinta y tres mineros -
un gran tubo metieron los obreros
sin sufrir accidente ni traspié,

a mí me penetró el doctor Ferré
- endoscopista de los más certeros -
barrenando mis fondos bandujeros
con poca caridad y mucha fe.

Lo más bueno después de sufrir tanto
es que no me han sacado ni un quebranto
que pueda producirme desazón.

Tan sólo una gastritis repetida
que no creo que acabe con mi vida:
esperen, pues, la próxima ocasión.


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