Hace sólo tres días que escribí
un soneto atinente a la bandera
que puso mi vecino aquí a mi vera,
y a la finalidad que yo le di.
Hoy miré, por el viento, y no la vi.
Y me dijo un amigo que ello era
porque el dueño temïa que se dijera
que es un facha o alguna cosa así.
¡Qué costumbre más vana y perniciosa,
la que muchos ostentan de poner
etiquetas por una u otra cosa!
Qué suerte y qué fortuna hay que tener
para evitar a cierta gente ociosa
que no tiene mejor cosa que hacer.
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