mirando desde el porche hacia poniente,
por el toldo guardado del relente,
o del calor ardiente del verano.
Con esta actividad seguro gano
que el nivel de neuronas se acreciente.
Es, pues, buen ejercicio de la mente,
y en cuidar de la mente yo me afano.
Hacer las vacaciones provechosas,
a la par que movidas y calmosas,
es propósito digno de estimar.
Hay que leer, pensar, relacionarse,
respirar, divagar, refocilarse,
correr, nadar, jugar y retozar.
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