domingo, 1 de agosto de 2010

A vueltas con el limonero (Soneto 102)


Pues todavía agraz sigue el limón,
en su rama creciendo despacioso.
Yo ya vengo confuso y receloso.
¿Tanto tiempo y tan mínima cuestión?

Como tuve encendida la ilusión
de tener limonero muy copioso,
y lo observo tan lento y tan ocioso,
me pregunto que cuál es la razón.

¿No le dimos el sitio más certero?
¿No regamos su alcorque con mesura?
¿No abonamos su tierra con esmero?

¿Por qué entonces provoca nuestra hartura?
Yo no quiero mostrarme muy grosero,
pero este limonero es birria pura.


 

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