de luna blanca y rosa, grande y llena.
Tu madre deslizó, fuerte y serena,
tu cuerpo desde el vientre hasta la cuna.
Un llanto me llamó, sin duda alguna;
Un llanto me llamó, sin duda alguna;
vagué por un pasillo, ya sin pena,
y al poco recibí, de mano ajena,
tu luz, que fue mi luz y mi fortuna.
Y cambió mi vida, mi soñar,
Y cambió mi vida, mi soñar,
mi despertar, mi afecto, mi sufrir,
mi rumbo, mi alimento, mi esperar...
Y ahora estás a punto de partir
Y ahora estás a punto de partir
al mundo del perder y del ganar.
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