viernes, 20 de agosto de 2010

Paseo matinal (II) (Soneto 121)


La vuelta tiene un fondo decorado
de pinos, claras dunas y lisura,
un aire de aromática frescura
y algún barco lejano fondeado.

El pueblo va quedando al otro lado,
y al frente se nos muestra en magna altura
ese faro de enhiesta arquitectura,
en la Punta del Perro aposentado.

Dejamos los corrales pedregosos,
la playa popular y marinera,
la de Regla, coqueta y mundanal,

el santuario, de frailes hacendosos;
y volvemos por rampa de madera
o cañada de piedra y arenal.

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