Edad
heroica del ardor troyano:
no
serás paradigma ni medida
del
siglo que verá concluir mi vida
depuesta,
por desidia, de la mano.
Invocaremos
más de un dios en vano,
faltará
un superhombre que decida
por
su pueblo la tierra prometida:
un
moisés corriente ciudadano.
¿Quién
será el adalid del venidero
tiempo,
el que alcance a discernir, ligero,
la
vereda que aleja del salvaje?
¿Quién,
avisado, límpido y despierto,
imbuido
por su rosa del desierto,
redimirá
a su estirpe del ultraje?