Al uno no le queda ya talante;
camina por la calle la amargura;
parece pronto el fin de su aventura;
más cerca del infierno está que Dante.
El otro va fardando de brillante,
y repite orgulloso hasta la hartura
que sólamente él muestra cordura
frente al delirio loco del farsante.
Las palabras se pierden en el viento,
la gente sólo ve poco talento
y mucha corrupción en el poder.
Ha perdido la fe en los que nos mandan,
que con dinero ajeno siempre andan,
por lo que tienen poco que perder.
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