domingo, 18 de julio de 2010

Hacer sonetos (Soneto 88)


Fabricando sonetos me divierto,
aunque no me las doy de poeta.
Es lo mismo que hacer punto o calceta:
lo bueno es que mantengo el seso abierto.

Además, si lo hago con acierto,
logrando con afán la ignota meta,
mi corazón satisfacción discreta
siente cuando el poema está cubierto.

Alguien puede pensar que soy un loco,
pues me salgo del orden imperante
- al menos en el gremio que yo toco -.

Pero pienso seguir para adelante;
da igual que me reporte mucho o poco:
que me sienta yo bien es lo importante.

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