martes, 6 de julio de 2010

El nacimiento de Quevedo (Soneto 76)

 
Tu padre, Pedro Gómez de Quevedo,
sirvió con probidad a la princesa
que por sangre era Habsburgo y portuguesa,
por suelo de la Puerta de Toledo.

Tu madre, la que te acunaba quedo,
con la reina ocupaba magna mesa,
y lo mismo trataba a una duquesa
que a cualquier dignidad sin ningún miedo.

Asomaste en Madrid, la corte oscura
de aquel rey taciturno y poderoso;
y esa corte fue escuela prematura

que instruyó tu existir en lo engañoso,
en la treta, la intriga, la impostura,
en lo hidalgo, lo ruin y lo andrajoso.

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