sábado, 31 de diciembre de 2011

Acróstico de Año Nuevo (Soneto 620)


Fuegos artificiales suben ya,
enaltecen la noche telonera,
luminando en colores la barrera
invisible del año que se va.

Zambombas se quedaron por allá,
agotadas de tanta borrachera;
ñoñas costumbres plantan su bandera
obligando a decir un ojalá.

Nuevos proyectos para el tiempo entrante:
uvas de suerte se atragantan hoy
en la noche caliente y delirante.

Volando hacia el futuro flecha soy,
ofrézcote calor en este instante:
2012 arrumacos ya te doy.





miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los inocentes (Soneto 617)


Cuántos Herodes hay en el planeta,
que masacran a seres inocentes,
a base de granada o metralleta,
en sus guerras brutales e indecentes.

Y cuántos niños viven sin infancia,
trabajando cien horas por dos cuartos,
para nutrir barata la abundancia
en el mundo dispar de los repartos.

¿Y aquéllos que perdieron la inocencia
viendo sus tiernos cuerpos ultrajados
por brutos pertrechados de indecencia,
bárbaros depravados, desalmados?

A la vista de tantas salvajadas,
¿quedan ganas de dar inocentadas?




lunes, 26 de diciembre de 2011

El picudo rojo (Soneto 615)


Da pena ver las críticas palmeras
con sus grandiosas hojas acharadas,
vencidas por las crueles dentelladas
que les dan esas larvas puñeteras.

Avanzan y devoran como fieras
las del picudo rojo malhadadas,
y así vemos las palmas agotadas,
cabizbajas las frondas, lastimeras.

No es fácil su existencia detectar,
porque van engullendo lentamente
por dentro de los troncos alargados.

Así que no es posible erradicar
a este bicho nocivo y repelente
que tiene a los jardines condenados.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad (Soneto 613)



Para los que me quieren con dulzura,
para los que me atienden cada día,
para los que comparten mi alegría,
para los que comprenden mi locura.

Para los que me aguantan sin censura,
para los que me muestran empatía,
para los que me dan autonomía,
para los que me enseñan su cordura.

Para los que perdonan mi desvío,
para los que me engañan sin maldad,
para los que respetan mi albedrío.

Para los que me obsequian su bondad,
para los que me dan calor por frío, 
 para todos: los quiero en Navidad.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La lotería de Navidad (Soneto 610)


Ya llegan los seráficos infantes
que sacan las bolitas consabidas,
cantando con sus voces relamidas
los premios que suspiran los currantes.  

Qué empacho de premiados exultantes,
de anécdotas cien veces repetidas,
de entrevistas insulsas y manidas,
de comentarios vacuos y pedantes.

Lotería: suspiro navideño,
reiterativo y arbitrario sueño
de un futuro opulento y regalado.

No ganar, como es lógico, es la norma
y la gente, sufrida, se conforma
con recobrar al menos lo gastado.



lunes, 19 de diciembre de 2011

Dios guarde a Rajoy (Soneto 608)


Dios te guarde, flamante presidente,
que vives tu primera investidura,
lograda sin problema y con holgura
por el voto masivo de la gente.

Dios te asista, barbado dirigente,
que empiezas tu difícil andadura
diciendo que la cosa está muy dura
y dejando la agenda sin un puente.

Dios ilumine tu total mandato,
en el que crezca fértil la nación
igual que crecerá el bachillerato.

Y que Dios te procure la ocasión
de incrementar mi sueldo todo el rato
igual que has aumentado la pensión.


domingo, 18 de diciembre de 2011

Como Gulliver (Soneto 607)

 
Igual que Gulliver por cuerdas liado,
merced a aquel ejército de enanos
que lo inmovilizó de pies y manos,
dejando su gran cuerpo anquilosado...

se percibe este lírico, abrumado
por sacar los sonetos cotidianos
con los asuntos propios o lejanos:
sin poder escribir, agarrotado.

Sensación de parálisis total:
desidia, inapetencia y apatía
secaron mi pletórico caudal.

¡No quiero consentir esta atonía!
Que aflojar es anuncio de un final,
y no es bueno seguir tan turbia vía.





martes, 13 de diciembre de 2011

Urdangarín (Soneto 602)


Guapo, joven, prolífico consorte,
semental por bragueta consumado,
por medrar con tu espléndido ducado 
hoy te ves desterrado de la Corte.

Perdida la prestancia de tu porte,
deambulas cabizbajo y ofuscado,
pesaroso, perdido y derrotado,
después de confundir el sur y el norte.

¿Qué te faltaba,  ruin Urdangarín,
para haberte metido en este embrollo,
del que puedes gozar un buen botín,

pero a cambio de haber perdido el chollo,
de pasar por osado malandrín
y de verte plantado en el arroyo?



lunes, 12 de diciembre de 2011

De sueldos, intereses y comisiones (Soneto 601)

 
Ya saben mis lectores avisados
que trabajo en el Excmo. Ayuntamiento,
donde los sueldos - de verdad, no miento -
vienen últimamente retrasados,

amén de que ya fueron rebajados;
pues parece que el crítico momento
no tiene otro remedio que el descuento
en las pagas de públicos empleados,

mientras que el banco, si mi saldo amaina,
me trata - no lo duden - como un vaina,
cobrando comisión por descubierto

y un interés que roza lo usurario,
sin que ningún jerarca o mandatario
proponga desfacer tan caro entuerto.


viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Nacimiento? (Soneto 598)


¿Recuerdan cómo fue el año pasado:
el empeño que puse en la tarea
de montar la maqueta de la aldea
donde nació Jesús desheredado?

Pues en este me encuentro atribulado:
el trabajo me absorbe y me marea,
el tiempo me conmina y cicatea,
y el nacimiento tengo abandonado.

Y además no aparecen esas ganas
que precisa cualquiera que se lanza
a ejecucar una labor fetén.

Por lo tanto mis manos artesanas
se darán al reposo y a la holganza...
y en otra coyuntura habrá belén.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Amanecer (Soneto 596)


Al abrir la ventana cada día
de mi casa en la cima encaramada,
se divisa la sierra dibujada
por los rayos del astro en su osadía.

El monte muestra así su crestería,
su silueta precisa y azulada,
sus cúspides de efimera nevada,
la capa de su abrupta demasía.

Las nubes, cobre y perla, filtro de oro,
telón de fondo gris de la función,
quieren participar en la alba gala.

Y el cielo, iluminado en el trascoro,
enseña sus azules con unción,
dando gracias al sol que lo acicala.




 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Diciembre (Soneto 590)


Diciembre se presenta con un puente,
que anuncia un mes de tregua y dimisión,
relajo, aplazamiento, dilación
y eclipse en el trabajo de la gente.

Se evoca el jubileo constituyente,
con el desinterés de la nación;
también la Inmaculada Concepción,
el misterio intrincado y sorprendente.

Pero el pueblo no ve el significado
de las fiestas que marca el calendario,
sino que su fervor desesperado

se dirige a gastar su dinerario,
en la gran superficie que está al lado,
en algo que es trivial e innecesario.



domingo, 27 de noviembre de 2011

Ya está aquí otra vez (Soneto 586)


Ha vuelto de puntillas, sigilosa,
ocupando, intrigante, los ambientes,
tomando los cerebros de las gentes,
plantando su bandera artificiosa.

Se anuncia la muñeca de Famosa,
el cava de burbujas refulgentes,
los perfumes que ponen tan calientes,
el turrón de la viuda esplendorosa.

Las noches ya se ven engalanadas
por luces que derrochan la energía
de un pueblo con sus fuerzas agostadas.

Se compra una ilusión de lotería,
se ajustan comilonas desganadas,
se proclama, por bando, la alegría.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Del refranero sabio (Soneto 580)


Si miramos las cosas con rigor,
comprobamos que hay muchas ocasiones
perversas y causantes de aflicciones,
de injusticias, de daños y dolor.

En ellas aparece un impulsor,
plagado de codicia y ambiciones,
que avanza a puñetazos y empujones,
y que medra sin freno y sin pudor. 

¿Son tales coyunturas reparables?
Contestar no precisa mucha labia:
¡pues quitando de en medio a los culpables!

Responden los refranes, cosa sabia,
y a todos lo sucesos aplicables:
que muerto el perro se acabó la rabia.





domingo, 20 de noviembre de 2011

Autorretrato (Soneto 579)


Tengo, señores, el cabello escaso,
castaño oscuro entreverado en plata,
largo para la edad que me delata,
lacio como un caballo y algo graso.

La nariz, por tamaño más bien naso,
pudiera confundirse con batata,
que fuera yo un magnate de ser plata,
y de querer mil chatos, la traspaso.

Los ojos, por pinguécula afectados,
propenden al color del salmonete,
pues lucen casi siempre colorados.

Y en la barbilla no cabe un churrete,
por tener sus tamaños tan menguados,
que en la enorme papada se entremete.

Tal rostro acaso inquiete,
mas no faltan mujeres bien plantadas
que se muestran conmigo alborotadas.



sábado, 19 de noviembre de 2011

Jornada de reflexión (Soneto 578)


Indica nuestro docto Diccionario,
en la definición reflexionar,
que tal verbo supone repensar,
considerar de nuevo lo primario.

Hoy tiene señalado el calendario
la víspera del día de votar;
es pues nuestro deber considerar
muy detenidamente el escenario.

Y aquí es cuando el votante atribulado,
rehén de la presente situación,
en la que manda el oro y el mercado,

percibe que por mucha reflexión
que le preste al asunto, el resultado
es una lamentable depresión.



viernes, 18 de noviembre de 2011

El lápiz de dos puntas (Soneto 577)


Nunca he dejado el lápiz de dos puntas,
desde el tiempo lejano de estudiante,
siempre con los apuntes por delante,
subrayando conceptos y preguntas,

hasta estos de polémicas conjuntas,
en que la hostilidad nunca es bastante,
que por el uso práctico y constante
me lo va rebajando el sacapuntas.

El rojo para asuntos principales,
el azul para los accidentales,
la línea enderazada por mi pulso,

buscando siempre la opinión notable,
la noticia excelente y apreciable,
y apartando lo estúpido y lo insulso.




jueves, 17 de noviembre de 2011

Un soneto contra reloj (Soneto 576)


La larga manecilla en menos diez,
la corta por el nueve retozando,
mis dedos el teclado aporreando,
y el cuarteto nació con brillantez.

Puede ser que parezca estolidez
sin ninguna razón andar volando,
pero las menos cinco ya están dando
y esto va progresando con fluidez.

A pique de incurrir en algún fallo,
como en esos que diz anacolutos,
en segundo terceto pronto me hallo,

y al galope, como los nobles brutos,
sin pausa, sin dilema y sin desmayo,
el soneto he montado en diez minutos.




miércoles, 16 de noviembre de 2011

Elogio (exagerado) del polvorón (Soneto 575)


Desde mi más remota y tierna infancia
me disloca comer los polvorones
en cualesquiera sitios y ocasiones,
aunque la Navidad esté a distancia.

Es tal mi adoración por su sustancia
que es la mayor de todas mis pasiones,
el no va más de mis aspiraciones,
lo que me hace perder la temperancia.

Por eso tengo un sueño recurrente:
y es que al llegarme la hora decisiva,
le tengo dicho a mi querida gente

que ni en cedro ni en pino me despida,
sino en caja esmerada y aparente,
que sea de La Rondeña y bien surtida.




martes, 15 de noviembre de 2011

Las mesas de los bares (Soneto 574)


El hombre no ha parado de crecer:
disfrutamos de la era digital;
la operación con láser es normal;
los satélites vuelan por doquier.

¡Qué adelantos nos quedan aún por ver!
La marcha del progreso es torrencial,
pero en todos los casos no es igual,
según les pienso ahora esclarecer:

Se trata de ese fastidioso embrollo
de tantas mesas cojas en los bares,
que no hay quien sobrepase tal escollo.

Ello prueba que a todos los lugares
no ha llegado parejo el desarrollo
a pesar de los sabios singulares.






lunes, 14 de noviembre de 2011

A modo de greguerías (Soneto 573)


La luna, cuando está en cuarto creciente,
le pone cornamenta a la farola.
La cama que se adorna en pirindola
es verdugo del macho más potente.

La mano va a la oreja de repente,
como para escuchar la caracola;
pero no sonará ninguna ola,
porque no es más que un móvil repelente.

El ratón del flamante ordenador
es el roedor que muerde en nuestra vida,
y deja el tiempo como un colador.

Qué pena la del pobre parricida:
ya no tiene ni padres ni mentor
que le lleven al trullo la comida. 




domingo, 13 de noviembre de 2011

Caramelos en el despacho (Soneto 572)



En mi atestada mesa de trabajo,
gracias a una lindísima criatura,
no falta ningún día la dulzura
que compensa del tráfago a destajo.

Si alguna vez me encuentro cabizbajo,
solvento la enervante coyuntura
cogiendo un caramelo con premura
que me sirve de aliento y agasajo.

Además son constantes las entradas
de mis considerados camaradas
que vienen por catar la golosina.

Y se van complacidos y encantados,
y vuelven otra vez alborozados,
merced a la criatura tan divina.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Lágrimas (Soneto 571)



La lágrima es antídoto prescrito
para el alma contrita y encallada,
la que vaga sin paz, desconsolada,
la que busca razón a voz en grito.

Es un remedio fácil y gratuito
que templa a la persona atribulada,
una pócima bien acreditada
que aleja todo atisbo de prurito.

Pero siendo patente su eficacia,
su coste de obtención gratis total,
sin tener que acudir a la farmacia,

soportamos la pena más brutal,
preferimos sufrir con contumacia,
que acudir a socorro tan cabal.


 

viernes, 11 de noviembre de 2011

A mi amigo Manolo G. (Soneto 570)


Jerez. Noviembre, once. Ya lo ves,
no era la fecha aún para morir,
para andarte en silencio, tras sufrir
un purgatorio injusto sin después.

La vida del derecho y del revés:
has vivido el vivir y el no vivir,
y has sabido, cabal, siempre cumplir
con talante veraz, grato y cortés.

Me quedo con tu deje de otros lares,
con tu porte juncal, tus limpias manos,
con tu resignación, tu amistad pura.

Y me queda un talego de pesares:
una rabia por los dolores vanos,
un pellizco de pena y de amargura.



lunes, 7 de noviembre de 2011

Patos en la piscina (Soneto 566)


Los envidiosos patos del canal,
que además del canal tienen un lago,
donde están todo el tiempo haciendo el vago,
o retozando en el cañaveral,

se aprovechan de la época otoñal
para colarse allí sin previo pago,
y si bien no se ve ningún estrago,
es algo que me sienta a mí muy mal.

Porque yo no me baño en sus pantanos,
y les aporto pan, por lo demás;
así que les advierto a los pies planos

que no vuelvan a la urba nunca más;
si no, los cogerán mis propias manos
y tendremos un lote de foie gras.




domingo, 6 de noviembre de 2011

Aquellos afiladores (Soneto 565)


Cómo corren curiosos los chiquillos,
cómo acuden las madres presurosas,
dejando por hacer sus propias cosas,
arramblando tijeras y cuchillos.

Ya se ven los aceros con sus brillos,
que llevaron mujeres afanosas,
y vuelan chispas miles, revoltosas,
para pasmo de trenzas y flequillos.

Bicicleta varada y pedaleo
suceden a la flauta anunciadora
en su clase incipiente de solfeo.

Y el giro de la piedra amoladora
crepita en trepidante canturreo
lanzando la centella embaucadora.

 

sábado, 5 de noviembre de 2011

Somalia, el Cuerno de África (Soneto 564)


En el cuerno del lujo y la arrogancia
miramos impasibles nuestro ombligo,
porque vivimos al caliente abrigo
de la ciega y prolífica abundancia.

Otro cuerno perece en la constancia
de un contumaz y bárbaro enemigo,
que lo tiene sujeto a vil castigo:
la muerte es el futuro de su infancia.

Somalia, negra faz, negro futuro,
muerte por hambre y muerte por sequías,
señores de la guerra, rencor puro,

corrupción, yihadismo, tropelías,
refugio de piratas, cielo oscuro,
masacres, desgobierno, banderías...




viernes, 4 de noviembre de 2011

Grecia (Soneto 563)


Aristóteles, Sócrates, Platón,
Hipócrates, Antígono, Anaxágoras,
Pericles, Aristófanes, Mirón,
Arquímedes, Euripídes, Pitágoras...

Cuánto sabio engendró la Grecia antigua,
generosa en parir hijos preclaros,
y ahora ve su camada tan exigua,
atestada de inútiles ignaros...

Que una tierra con tanta biografía,
precursora de Roma y Occidente,
no debiera sufrir tanta agonía,
ni acabar como mísero indigente.

¡Cuántas veces termina a ras del suelo
quien otrora voló rozando el cielo!




jueves, 3 de noviembre de 2011

Con la crisis a cuesta (Soneto 562)


Doblan ya quejumbrosas las campanas,
anunciando los tristes funerales
por los tiempos de risas y caudales,
de dispendios, confianzas y jaranas,

que se esfuman cual nieblas de mañanas;
que se marchan, caducos y otoñales,
forzándonos a vidas más frugales
después de haber hinchado nuestras ganas.

Y se anuncian recortes a mansalva:
a ver quién es el guapo que se salva,
si nos van a atacar todos los flancos.

Pues se irán de rosita los culpables
de consecuencias tan abominables:
los codiciosos y mezquinos bancos.




miércoles, 2 de noviembre de 2011

A Letizia de Asturias (Soneto 561)


Más guapa cada día, más discreta,
más sabiendo servir en su destino
- con mando, dignidad, firmeza y tino -,
más simpática y fina, más completa.

¿Quién de mi superior princesa objeta,
cometiendo tamaño desatino?
Nadie más que un tarado o un cretino;
gente zafia, ridícula y cateta.

Si atesora destrezas y saberes,
manifiesta belleza y elocuencia,
al Príncipe atiborra de placeres,

ha cumplido con doble descendencia
y ejecuta perfectos sus deberes,
¿por qué no reconocen su excelencia?





lunes, 31 de octubre de 2011

En Ronda (Soneto 559)



Estuvimos en Ronda, ¡bien hallada!
El camino buscaba la alta sierra,
y en sus flancos verdeaba fiel la tierra
proclamando gozosa la otoñada.

Al llegar, no notamos casi nada.
Disfrutamos la curva que se cierra,
la nube que al sutil cielo se aferra,
el aire limpio que al amor agrada.

Pero al posar nuestros ansiosos pies
sobre el tajo profundo e inquietante,
sentimos el regalo de lo bello:

el magno decorado montañés,
la piedra poderosa y arrogante,
el cielo esplendoroso en el destello.




domingo, 30 de octubre de 2011

Las mejores croquetas del mundo (Soneto 558)


La croqueta que ofrece Margarita
- disculpen la inmodestia y la jactancia -
es objeto de enorme resonancia
por ser maravillosa y exquisita.

El secreto para esta masa frita
es una bechamel de gran sustancia,
y una hechura impecable y de prestancia
lograda con paciencia de monjita.

Su fritura en aceite verde oliva,
el tiempo justo para estar dorada,
perfecciona esta vianda decisiva.

Por todos los amigos admirada,
reina, como pitanza substantiva,
la sabrosa croqueta de mi amada.




sábado, 29 de octubre de 2011

Novios de la muerte (Soneto 557)


¿Qué te lleva, fornido legionario,
a llorar los desiertos sin amores,
a rezar por un Cristo en estertores,
a desfilar rugiendo tu ideario?

¿Qué espíritu fatídico y primario
te impulsa a dedicar tus esplendores
al rigor, la obediencia y los honores;
a buscar tu victoria en un calvario?

¿Qué monstruo abrió tus carnes a la herida,
qué sacudió tu corazón tan fuerte,
qué pena puso a tu alma en estampida?

¿Y qué fiero zarpazo hirió tu suerte,
que te lleva a cantar, con voz garrida,
tu dichoso noviazgo con la muerte?




viernes, 28 de octubre de 2011

De castañas y rotondas (Soneto 556)



Abundan en las urbes del presente
las rotondas, redondas o glorietas,
donde es fácil mandar a hacer puñetas
al que te mete el morro de repente.

Su bondad para el tráfico es patente,
pero ofrecen también otras facetas
que las hacen más propias y coquetas,
y de más interés para la gente.

Se trata de los puestos de castañas,
que acomodan en ellas sus campañas
al llegar la mudanza estacional.

Y las llenan del humo perfumado
del rico fruto del castaño asado:
una niebla entrañable y otoñal.


jueves, 27 de octubre de 2011

Los tres cincos (Soneto 555)


Dispuestos a juntarse en armonía
llegaron los tres cincos revoltosos,
para marchar pegados, tan rumbosos,
puesto que primos son, sin tener tía.

Son números de no mucha alegría,
aunque inspiran retruécanos jocosos
- y no por cierto cánticos piadosos -
a poco que se tenga fantasía.

Fueron precisos muchos sacrificios
para llegar aquí, ya lo sabéis;
y quiero que sean buenos los auspicios

porque espero que muy pronto veréis,
si los hados me quieren ser propicios,
en compaña y en paz a los tres seis.




miércoles, 26 de octubre de 2011

A Ramón García González, sonetista insigne (Soneto 554)


Ramón García González, ¿me perdona
por no haber conocido su existencia,
siendo usted la más príncipe eminencia
que en punto de sonetos alecciona?

He sabido de su obra y su persona,
su vida dedicada y su paciencia,
su firme voluntad y su excelencia,
su apariencia virtuosa y bonachona.

Y al comprobar el magno resultado
de su pasión por el cordial soneto,
le proclamo, suspenso y arrobado,

monarca del cuarteto y el terceto,
y me inclino a sus pies, considerado,
como muestra de júbilo y respeto.


 


martes, 25 de octubre de 2011

Por qué escribo sonetos (Soneto 553)


¿Por qué me dio por componer sonetos?
Pues quizá la razón de tanto apego
es que sube y mantiene arriba el ego,
aunque genere desazón y aprietos.

Porque escribir se encuentra entre mis retos:
esa busca del verbo y su trasiego,
que para mí es batalla igual que juego...
¿por qué he de estar con mis talentos quietos?

Además que con reglas tan concretas
para el ritmo, la rima y la medida,
van mis ensoñaciones bien sujetas.

Y al ser diarios, consigo poner brida
a la abulia que aleja de las metas
cuando esperas que el duende se decida. 





lunes, 24 de octubre de 2011

Soneto sin la letra O (Soneto 552)


Qué difícil, sin letra circular,
escribir una frase bien trazada,
ya que siempre se encuentra agazapada
en alguna palabra que enlazar.

Para tal necesitas batallar,
a base de buscar la más preciada,
diferente de aquella tan curvada
que aparece en la mente sin cesar.

Inesperadamente ya se ve
que se puede alcanzar la meta impuesta
si se tiene paciencia, vista y fe.

Se trata de exprimir fuerte la testa,
evitar cualquier clase de cliché,
y culminar la encaramada cuesta.




domingo, 23 de octubre de 2011

Octubre (Soneto 551)


Envidioso del fuego septembrino
quiso octubre seguir siendo verano,
y así penó a la tierra de secano
sin el agua que marca su destino.

Pero al final se presentó genuino,
tronando lluvias que caerán en vano,
venteando, temerario y a trasmano, 
receloso sabiéndose interino.

Incesante vagar de los periodos,
como orugas que marchan engarzadas,
sorteando prominencias y recodos.

Obedecen sus prácticas pautadas,
introducen pretextos y acomodos,
se los llevan los vientos y las riadas.




viernes, 21 de octubre de 2011

Cayó Gadafi (Soneto 549)


La sangre en primer plano, el linchamiento,
el disparo de gracia en la cabeza,
el rebelde que goza su destreza,
el cuerpo de Gadafi sin aliento.

Otro tirano menos. De momento.
Todos nos alegramos por la pieza.
Pero no por la furia y la crudeza
con que han mostrado muerto al elemento.

Pues si son los principios democráticos
los que nos autorizan a hostigar
a los más depravados autocráticos,

hemos de preferir siempre juzgar
que linchar con fusiles automáticos:
que no es bueno quedarse en el vengar.





jueves, 20 de octubre de 2011

El anuncio de la ETA (Soneto 548)


Dos Españas me impulsan a escribir,
al hilo del anuncio de la ETA
de abandonar pistola y metralleta
y de no volver más a delinquir.

Una de ellas no para de decir
que se ha verificado la gran meta,
que ya la banda siempre estará quieta,
y que espera un preclaro porvenir.

Otra, por el contrario, desconfía,
exige que se entregue el armamento
y que pidan perdón los asesinos.

Yo pienso que hay motivo de alegría,
siempre que se gestione con talento
y que no se cometan desatinos.

(Ver soneto 266)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Juan José Padilla, visitado por la muerte (Soneto 547)


Junto al Ebro la muerte, agazapada,
con la venia de pitos y timbales,
quiso brindar, clavando sus puñales,
por llevarse tu vida a su morada.

Mas tu fuerza te dio nueva alborada,
tu fe sobrellevó plazos cruciales,
y ahora estás demandando los avales
para seguir tu vida de cruzada.

Ya probaste tu casta de torero:
así lo certifican las heridas
que atraviesan tu piel de bandolero.

Pero estando tus carnes recosidas,
seguirás, indomable y guerrillero,
negándote a cobardes despedidas.

(Ver soneto 166)




miércoles, 12 de octubre de 2011

Cerveza con patatas fritas (Soneto 540)


Cuando el hambre te aprieta impertinente,
presentas el gaznate resecado,
has salido del tajo atribulado,
y domina el calor en el ambiente,

no existe conexión mas atrayente
que una cerveza en recipiente helado,
con un plato pletórico a su lado
de esa patata frita tan crujiente.

Tubérculo encumbrado por la sal,
como el mar, ondulante en su figura,
casa con la cerveza proverbial,

y ésta se manifiesta a más altura
al mezclarse, sabrosa y cardinal,
con la tal categórica fritura.




martes, 11 de octubre de 2011

Garcilaso y el endecasílabo (Soneto 539)


Divino endecasílabo, decía
Dámaso Alonso, refiriendo el caso
del verso que hizo suyo Garcilaso
para dar emoción a la Poesía.

De Italia y de Petrarca provenía
el nuevo metro musical, y acaso
supuso el más precioso y útil paso
en pos de la belleza y armonía.

La excelsa voz del vate toledano
- armas y letras fundidas en su mano -
sonó elegante, rica y cadenciosa;

y tan clara como un limpio venero,
con un verbo pletórico y certero,
espejo de emoción pura y gozosa.




lunes, 10 de octubre de 2011

Aspavientosos (Soneto 538)


Les llamo aspavientosos a esos tíos,
tan pesados que acabas por temerles,
que si preguntas como están, al verles,
comienzan a contarte desvaríos.

Y siguen discurriendo como ríos,
sin que puedas frenar ni detenerles;
que si fueras tan tonto de creerles,
padecieras terror y escalofríos.

Ellos son los que tienen más trabajo,
los que siempre soportan los marrones,
los que nunca conocen agasajo.

Bufan como caballos percherones,
favorecen el gesto cabizbajo,
y acabas de ellos hasta los cojones.