domingo, 23 de octubre de 2011

Octubre (Soneto 551)


Envidioso del fuego septembrino
quiso octubre seguir siendo verano,
y así penó a la tierra de secano
sin el agua que marca su destino.

Pero al final se presentó genuino,
tronando lluvias que caerán en vano,
venteando, temerario y a trasmano, 
receloso sabiéndose interino.

Incesante vagar de los periodos,
como orugas que marchan engarzadas,
sorteando prominencias y recodos.

Obedecen sus prácticas pautadas,
introducen pretextos y acomodos,
se los llevan los vientos y las riadas.




1 comentario:

  1. Parecía que el verano no se quería despedir o que el otoño quería ser mas que el anterior, pero al final cada uno en su sitio.
    Un abrazo.

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