Camina el muerto viviente,
cambembo y desmadejado,
por un camino empedrado,
escupiéndole a la gente
que no sigue su corriente.
Olvidó sus fechorías,
y ahora reza avemarías
como si fuera muy santo,
él, que pecó tanto y tanto
durante todos sus días.
El arrepentimiento siempre es bueno si va acompañado del propósito de enmienda, eso era lo que nos enseñaban de pequeños.
ResponderEliminarUn abrazo.