jueves, 18 de abril de 2013

Un poco sobre la Justicia



 
 
Transitan por los estrados
de los severos juzgados
muchedumbres de testigos
que rechazan ser amigos
del palpable criminal
y que declaran, perjuros,
que el acusado era puro,
cuando era en verdad culpable
de un crimen abominable
que ocasionó mucho mal.
Así libra el delincuente
de la pena pertinente,
prevista y bien definida
por hallarse comprendida
en el Código Penal.
Porque el Juez se ve impedido
de penar a aquel torcido,
al aplicar, con conciencia,
la presunción de inocencia,
que es principio elemental.
Esto ocurre muchas veces,
y provoca horror con creces
en el paisano de a pie,
que al vil delincuente ve
por la calle tan normal;
e infiere, con pesadumbre,
que es mucha la podredumbre
que perturba a la Justicia,
lo que no siempre propicia
la fortuna judicial.

1 comentario:

  1. En este pais de toda la vida existe, casi de forma oficial la figura del falso testigo, autentico profesional de la mentira bien pagada.
    Un abrazo.

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