lunes, 10 de octubre de 2011

Aspavientosos (Soneto 538)


Les llamo aspavientosos a esos tíos,
tan pesados que acabas por temerles,
que si preguntas como están, al verles,
comienzan a contarte desvaríos.

Y siguen discurriendo como ríos,
sin que puedas frenar ni detenerles;
que si fueras tan tonto de creerles,
padecieras terror y escalofríos.

Ellos son los que tienen más trabajo,
los que siempre soportan los marrones,
los que nunca conocen agasajo.

Bufan como caballos percherones,
favorecen el gesto cabizbajo,
y acabas de ellos hasta los cojones.





4 comentarios:

  1. Anónimo23:49

    Magnífico, magnífico, magnífico.

    ResponderEliminar
  2. ¡Real como la vida misma! Me encanta tu arte para transformar cualquier cosa en una gran poesía. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Jesús M.0:10

    Genial.
    Don John A., sabedor de almas en segundo plano.
    Te superas.

    ResponderEliminar
  4. Todos conocemos estos especimes de la sociedad, parece que quieren descargar sobre uno todo lo que ellos no son capaces de digerir, aumentado y adornado con todo tipo de exageraciones.
    De todas formas alguna vez hemos hecho, mas o menos, este papel con alguien.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar