Se vienen a quejar los comerciantes,
aparte de pagar muchos impuestos,
y de los ambulantes con sus puestos,
de un problema que no tenían antes.
Se trata de una clase de inmigrantes
que les son especialmente molestos,
porque venden cualquier clase de tiestos
a precios que resultan aplastantes.
Los chinos - dicen nuestros mercaderes -
no pagan sus impuestos al Estado,
y venden sus paraguas y alfileres
teniendo abierto siempre su tinglado;
y si la muerte ejerce sus poderes,
nadie averigua dónde va el finado.
Ahh tanto quejarnos y quién no ha ido a comprar a algún chino???
ResponderEliminarSaluditos