Que te vaya muy bien, mi amor, cariño,
con tu niña, tus padres, tu partido,
tu futuro engendrado, no parido,
tu gracia en aparente desaliño.
Por tu cara bonita va mi guiño,
que aunque ya soy maduro y talludito,
distingo lo vulgar de lo exquisito,
y a tu lado me siento como un niño.
Que la dicha se torne en tu accionista,
andes siempre por recto derrotero,
y no pierdas tu punto de idealista.
Y que halles tu camino, el verdadero,
el más fiel al designio socialista,
y al verbo de Jesús el del madero.
tu futuro engendrado, no parido,
tu gracia en aparente desaliño.
Por tu cara bonita va mi guiño,
que aunque ya soy maduro y talludito,
distingo lo vulgar de lo exquisito,
y a tu lado me siento como un niño.
Que la dicha se torne en tu accionista,
andes siempre por recto derrotero,
y no pierdas tu punto de idealista.
Y que halles tu camino, el verdadero,
el más fiel al designio socialista,
y al verbo de Jesús el del madero.
Por lo visto hay cambio, espero que sea para bien, para bien del los ciudadanos no de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me han llegado algunos comentarios que no voy a confirmar:
ResponderEliminar1º Porque son injuriosos.
2º Porque son anónimos.
3º Porque (consecuencia de lo anterior)son cobardes.
El sistema democrático que disfrutamos permite:
1º Que se pueda cambiar a los gobernantes (estamos en ello).
2º Que se les pueda criticar, siempre que no se incurra en la injuria, en la calumnia o en la intromisión ilegítima en la intimidad, el honor o la propia imagen.
3º El anonimato que permite la Red hace que tal condición se viole continuamente, tanto respecto de los gobernantes como de las personas particulares: no en mi blog (aunque firme con seudónimo, estoy perfectamente localizado; no paro de dar, voluntariamente, continuas pistas).
En mis sonetos critico con cierta periodicidad estas torceduras sociales: la cobardía, la hipocresía, la envidia... Curiosamente, siempre hay alguien que se siente identificado, aunque la crítica no apunte a su persona. Se me dirigen de forma anónima, injuriosa y grosera, lo que confirma, sin yo haberlo previsto, que el soneto en cuestión les encaja como un traje a medida. Allá ellos. La bilis (por desgracia)es gratis.
Adenda al anterior comentario:
ResponderEliminarOtro motivo (para mí de peso) para no publicar algunos comentarios que me llegan son las faltas de ortografía. Se escribe "buitre", no "buytre"; ¡por favor, señora!
En el soneto de hoy, no conozco a la señora, así que me limito a admirar, como siempre la manera de hablar de alguien, de la mejor manera que se te ocurre. Así que, si mi opinión importa, a mí me parece muy bien.
ResponderEliminarDe lo que cuentas después, qué decir. Es fácil insultar, despellejar, y toda la mala baba que sueltan, pero haces muy requetebién en no darles cuartelillo.
Y que insulten, como decía mi madre, eso que se llevan, no hay ni que molestarse, se les deja con lo que traen, y que lo disfruten.
No conozco tu ideología, porque no me planteo esas cuestiones. Admiro tu buenhacer soneteril, que es de lo que se trata aquí. Y a eso no hay quien te gane, hasta cuando pones pingando a quien mejor te cuadre.
Lo que no entienden los que se sienten reflejados es que ya les dedicas tiempo y que seguramente no se merecen tu soneto. Deberían sentirse agradecidos. Pero para llegar a ese nivel hay que estar a esa altura, y normalmente, no llegan.
No te alteres, que a mí y unos cuantos más nos gusta lo que haces, sin entrar en más historias.
En cualquier caso, personalmente, disfruto cuando te leo, y simplemente por eso (que me parece mucho), te doy las gracias.
Un saludo.
No te enfades hombre que hay gente para todo.
ResponderEliminarTú a tus sonetos que disfrutamos de ellos.
Un abrazo