Soy el que va corriendo por el viento,
buscando en unos ojos la canela,
canturreando, al amor de la candela,
y al compás de su fuego, mi lamento.
Le canto a las tinieblas del tormento,
a la luna, destello y centinela,
a la noche caliente de curdela
y a mi cristo juncal del Prendimiento.
Me estremezco al compás de los luceros,
al olor de las flores de lunares
y al dorado color de los alberos.
Y me dejo acunar por los achares,
el lento desmayar de los toreros
y un gitano cantando por soleares.
buscando en unos ojos la canela,
canturreando, al amor de la candela,
y al compás de su fuego, mi lamento.
Le canto a las tinieblas del tormento,
a la luna, destello y centinela,
a la noche caliente de curdela
y a mi cristo juncal del Prendimiento.
Me estremezco al compás de los luceros,
al olor de las flores de lunares
y al dorado color de los alberos.
Y me dejo acunar por los achares,
el lento desmayar de los toreros
y un gitano cantando por soleares.
Este soneto es uno de los que mas me han gustado, es como tu dices en el, el sentimiento y el canto por soleares del lamento. El ruego al cristo del Predicamento y el arte de esa tierra andaluza.
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo conozco pero según lo has descrito, seguro que merece la pena escucharlo.
ResponderEliminarUn soneto sentido y emocionado
Me encantó
Un abrazo
Precioso soneto. Pero a ese cantaor por aquí, nada de nada, y hay bastantes andaluces. Tendré que preguntar.
ResponderEliminarUn abrazo