martes, 24 de mayo de 2011

Velocidad criminal (Soneto 399)


Un baranda de tráfico de Soria
- el jefe provincial o cosa así -
fue pillado en flagrante frenesí
a una velocidad atentatoria.

Con un coche patrulla fue la historia,
yendo a doscientos siete porque sí,
aunque pintó la cosa baladí,
pues iba, dijo, de persecutoria.

Ante un hecho de tal envergadura,
perpetrado por quien ha de observar
la norma, la verdad, la compostura...

en la mente me vuelve a resonar
una máxima inserta en la cultura:
y al guarda, ¿quién lo tiene que guardar?


 

2 comentarios:

  1. Cuando oí por la radio que su excusa era que iba en una persecución, me pregunté joé y a cuanto iba el perseguido?
    Sinvergüenza como tantos. Este debe ser de los de Sabe Vd. con quien está hablando? y a mí sólo se me viene la respuesta de la empleada de la compañía aérea que ante un tipo así, abrió el micro y anunció por megafonía que en la ventanilla veintitantos había un gilipollas que no sabía cómo se llamaba.
    En fin, esperemos que un día los guardianes tengan cabeza y no haya que guardarlos.

    Un besito

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  2. Hay una máxima que dice "el jefe siempre tiene razón y si no la tiene se le da", pues no faltaría mas, poner en duda las palabras del que manda.
    Los del pueblo llano, no entendemos estas cosas, para eso están ellos,nosotros a pagar impuestos y a votar, de lo demás ya se encargan ellos que, son los que saben.
    Solo falta que ahora todos pudiéramos opinar y ser tenidos en cuenta, que ilusos. Esto pasa por dar tanta libertad.
    Un abrazo.

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