jueves, 5 de mayo de 2011

Madre (Soneto 380)


Qué pudiera decirte, madre mía,
después de tantos años de tu ausencia,
de lo viva que sigue tu presencia
en la torpe y errática alma mía.

Qué supiera contar de tu energía,
de tu cálido humor y bienquerencia,
del muro de tu fuerza y tu conciencia,
del halo de tu luz como vigía.

Qué lograra expresar de tu honda vida,
florida de oraciones, sublimada,
de renuncias y mermas zaherida.

Qué acertara a cantar de tu obstinada
porfía con la pena sostenida,
para hacer siempre alegre la jornada.




3 comentarios:

  1. Que hermoso soneto a tu madre, seguro estoy que le encantara y alguna lagrima de felicidad derramara.
    La verdad que hubiera sido de nosotros sin ese refugio que siempre es una madre. No concibo la vida,en mi infancia y juventud, sin ella.
    Desde que ya no esta la vida es otra, una con ella y otra sin ella.
    Un abrazo.

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  2. Jesús M23:08

    Precioso

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  3. Hace ..... tantos años que se fue. ¿Y eso quiere decir que ya nos hemos acostumbrado? pues no. Cada día, cada cosa, por una razón o por veinte. Siempre se la echa de menos. Siempre está con nosotros.
    Precioso soneto.

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